La Banda: la nueva sede de Nediani e Hijos S.A.
Si creías que los municipios eran para gestionar servicios públicos, bienvenido a La Banda, donde la política ha evolucionado en una startup familiar. Aquí no se gobierna: se hereda, se contrata al cuñado y, si queda un lugarcito, al primo que todavía no tiene empleo fijo.
El intendente Roger Nediani no solo dirige la ciudad; también parece ser el CEO de una empresa llamada «Nediani e Hijos». Su hijo Matías, casualmente el más perfilado para sucederlo, ostenta el cargo de Secretario de Desarrollo Social y Políticas Sanitarias, como si las políticas públicas fueran un trámite de oficina familiar. Mientras tanto, el otro hijo, Facundo, maneja las compras y suministros del municipio, porque ¿quién mejor para encargarse de la caja que alguien de confianza absoluta (léase: la familia)?

¿Creíste que eso era todo? No. La Directora de Despacho del municipio es nada menos que Viviana Molina, esposa del intendente. ¿Y quién ocupa el mismo cargo en el Honorable Concejo Deliberante? Su hermano, José Molina. Porque si algo han entendido los Nediani es que el poder, al igual que la mesa de los domingos, se comparte en familia.

Por supuesto, no podían faltar los yernos en esta comedia. María Alejandra Nallar, esposa de Matías y nuera del intendente, es la Directora de Discapacidad. Eso sí, ni sobrinos, primos ni familiares de segundo grado quedaron afuera: todos tienen su lugarcito, ya sea como contratados o como empleados fijos. Nunca se vio un nepotismo tan democrático.

Crisis económica, pero solo para los de afuera
Mientras los vecinos lidian con calles rotas, servicios deficientes y una economía que da pena, la Municipalidad de La Banda vive su propia burbuja de bonanza. La crisis económica se siente en los hogares bandeños, pero no parece afectar las arcas familiares de los Nediani. ¿El Festival de La Salamanca? Suspendido por segunda vez consecutiva. ¿Los artistas que participaron en los festejos de septiembre? Todavía esperando cobrar. Pero claro, cuando el presupuesto se distribuye entre parientes, no queda mucho para la cultura o el resto de la ciudad.
Un 2025 para cambiar el rumbo
La Banda no puede permitirse seguir siendo el patio trasero de un proyecto político que prioriza apellidos sobre capacidades. En 2025, los bandeños tendrán la oportunidad de decir basta, de castigar con su voto a quienes han usado el municipio como un negocio familiar y han sometido a la ciudad al abandono y al desgobierno.
Es el momento de sacar a Roger Nediani y a su círculo íntimo de La Banda, de cortar con las ambiciones de Sergio Massa y su apadrinado, que han visto en esta ciudad un trampolín político y no una comunidad con necesidades urgentes. Las elecciones no son solo una oportunidad, son un deber: la ocasión para recuperar lo que nos pertenece y devolverle a La Banda el liderazgo que merece. Porque el 2025 no es solo un año, es la esperanza de un cambio real.