Mala praxis, abuso y muerte en el regional, independencia y CIS Banda…pero tranquilos, “hicieron todo lo posible”

-DENUNCIAS POR NEGLIGENCIA Y ABUSOS EN HOSPITALES DE SANTIAGO DEL ESTERO: FAMILIAS EXIGEN JUSTICIA

Las voces de la indignación y el dolor se alzan en Santiago del Estero. Decenas de testimonios estremecedores relatan casos de negligencia, mala praxis e incluso abusos dentro de los hospitales Regional, Independencia y CIS de La Banda. Madres que perdieron a sus bebés por desidia médica, familias destrozadas por diagnósticos erróneos y víctimas de abuso que jamás obtuvieron justicia. Hoy, especialistas han tomado cartas en el asunto y se están recolectando estos casos para iniciar acciones judiciales contra las instituciones responsables.

Pero esto es solo la punta del iceberg. Hay muchos más casos que no podemos contar por este medio, historias demasiado impactantes, demasiado crueles. Médicos, obstetras recién graduadas, enfermeros, enfermeras, personal de seguridad y otros empleados de los hospitales están presuntamente implicados en una cadena de horror que parece no tener fin. Es indignante, es inaceptable. La impunidad con la que operan estas personas es una burla a la vida y a la dignidad humana.

El Hospital Regional en el centro de la problematica
NEGLIGENCIA QUE CUESTA VIDAS

El horror de estas historias no tiene límites. Una madre cuenta cómo en enero tuvo gemelos sin saberlo, ya que durante su embarazo solo le informaron que esperaba un bebé. Con presión alta, en lugar de realizarle una cesárea de urgencia, la hicieron sufrir hasta el extremo. Uno de sus hijos nació con bajo peso y sin los controles adecuados. Días después, el bebé enfermó gravemente y tuvo que ser internado en terapia intensiva, donde pasó 18 días entubado. «Eso no habría pasado si lo hubieran controlado desde el nacimiento», denuncia la madre.

Otro caso es el de una mujer que perdió a su única hija por un diagnóstico erróneo. La niña tenía apendicitis, pero los médicos aseguraron que se trataba de otra afección. El error terminó en una peritonitis fatal. «Nos arruinaron la vida. A ella se la truncaron», dice la madre con el corazón destrozado.

Hospital independencia

Los relatos siguen y se multiplican. Una mujer perdió a su bebé en el hospital Regional porque la dejaron en trabajo de parto durante horas sin intervenir. Otra madre describe cómo su bebé, de más de 4 kg, se asfixió en el parto porque no le realizaron una cesárea a tiempo. «Tarde mucho en poder tenerla, tragó su propia caca, su cerebro pedía oxígeno… La llevaron a neonatología, pero los médicos no hicieron nada. Un día nos llamaron y fríamente nos dijeron que había muerto», relata entre lágrimas.

Casos como estos no son aislados. Son sistemáticos. Son el reflejo de un sistema de salud que ignora el dolor de las familias y que trata a los pacientes como números sin importancia. No dudamos que haya buenos profesionales con verdadera vocación, aquellos que hacen todo lo posible por salvar vidas. Pero no es suficiente si dentro de los hospitales hay quienes no quieren trabajar, quienes juegan con la vida de las personas humildes que muchas veces no pueden defenderse por falta de recursos. Si no les gusta su trabajo, que se vayan, pero que no sigan causando muertes evitables.

UN ABUSO SILENCIADO

Entre estos testimonios de horror también hay denuncias de abuso. Una mujer relata con dolor cómo fue drogada y manoseada por un enfermero en el hospital Regional. «Me pusieron algo en el suero, me sentía inmóvil, pero lo vi todo. Me tocó porque me vio sola e indefensa. Cuando se asustó porque alguien venía, se alejó. Mi ingreso jamás quedó registrado», denuncia. La víctima nunca pudo contarlo, ni siquiera a su esposo. El miedo, la vergüenza y la impunidad la silenciaron durante años.

Y este no es el único caso. Hay muchas más víctimas que no se animan a hablar, muchas más historias que muestran hasta dónde llega la podredumbre dentro de estos hospitales. ¿Cuántas más tienen que sufrir en silencio? ¿Cuántas más tienen que morir antes de que alguien haga algo?

LA JUSTICIA EMPIEZA A MOVERSE

Lo que antes quedaba en el silencio de la impunidad hoy empieza a salir a la luz. Especialistas han comenzado a recopilar casos para iniciar acciones judiciales contra los hospitales Regional, Independencia y CIS de La Banda. Las familias exigen justicia. No quieren más vidas truncadas por la negligencia de médicos y enfermeros que tratan la salud como un trámite burocrático.

Las historias de estas víctimas no pueden seguir siendo ignoradas. Es hora de que la justicia actúe y que los responsables respondan por cada vida perdida, por cada bebé que jamás llegó a casa, por cada madre que murió en una camilla esperando una atención que nunca llegó.

Si los responsables creen que la indignación se apagará con el tiempo, están muy equivocados. La lucha recién empieza, y no descansaremos hasta que haya justicia. ¡Basta de impunidad!