-CLAUDIA ABDALÁ LE MIENTE A LOS SANTIAGUEÑOS Y CREE QUE SOMOS TONTOS
Los argentinos ya no compramos cualquier relato. La última jugada política del kirchnerismo y sus aliados en el Senado es la prueba más reciente de su desesperación por embarrar la cancha y tratar de frenar al presidente Javier Milei. Esta vez, la protagonista del show es la senadora santiagueña Claudia Abdalá de Zamora, quien, con una cara de piedra impresionante, salió a manifestar su “indignación” por la designación de un juez de la Corte Suprema por decreto.
Abdalá publicó en redes sociales su supuesta preocupación por el respeto a la Constitución Nacional, afirmando que la designación de Manuel García Mansilla por DNU “vulnera y atenta contra las atribuciones del Senado”. Lo que convenientemente omitió es que su propio bloque, Unión por la Patria, cajoneó el pliego del candidato durante un año entero. Sí, un año. Milei envió la propuesta en tiempo y forma, pero el kirchnerismo, como siempre, prefirió patear la pelota afuera en vez de hacer su trabajo.
No se trata de un error o un olvido, sino de una estrategia deliberada. La misma que usaron durante años para llenar la Justicia de jueces amigos, dispuestos a tapar los escándalos de corrupción del gobierno anterior. Ahora, cuando un presidente decide poner orden y hacer que el Estado funcione, los mismos que violaron la Constitución a gusto y piacere se rasgan las vestiduras hablando de institucionalidad y democracia.
La maniobra es evidente: generar ruido mediático, inventar una crisis institucional y tratar de ensuciar la imagen de Milei para desgastarlo. Pero se olvidan de que los argentinos ya no somos tontos. Ya sabemos cómo juega el kirchnerismo y sus satélites. El pueblo entiende perfectamente que esta indignación selectiva no es más que una jugada electoralista.
La pregunta que deberían hacerse Abdalá y sus compañeros de bloque es: ¿por qué no trataron la designación cuando correspondía? Si el Senado hubiese hecho su trabajo, este decreto no habría sido necesario. Pero claro, eso no les convenía. Prefirieron bloquear todo y después acusar al presidente de hacer lo que ellos mismos obligaron a hacer.
El kirchnerismo nos acostumbró a ver a la Justicia como un tablero de ajedrez en el que ellos movían las piezas a su antojo. Ahora, cuando las reglas cambian y ya no pueden manejar los hilos como antes, se ponen en modo “defensores de la República”. La hipocresía no tiene límites.
Por suerte, los tiempos han cambiado. El pueblo está despierto y no se deja engañar por maniobras burdas. Milei sigue contando con el apoyo de quienes votamos un cambio real. Y mientras el kirchnerismo sigue haciendo su circo, la Argentina avanza.
