Motociclistas al límite: Caos, choques y el descontrol del tránsito santiagueño

-Santiago del Estero: Motociclistas al borde de la tragedia y la ironía vial
El 2024 fue un año donde las calles de Santiago del Estero parecieron convertirse en pistas de obstáculos para motovehículos. Desde choques espectaculares hasta discusiones entre conductores con frases que ya forman parte del folclore urbano, noviembre y diciembre cerraron con cifras alarmantes: entre 400 y 500 accidentes mensuales, muchos de ellos protagonizados por motos.
 
La Avenida Lugones, por ejemplo, se transformó en escenario de un accidente que no solo dejó una motocicleta destrozada, sino también un contundente análisis del damnificado. “El remisero culo roto pasó en rojo”, declaró con justa indignación el motociclista, mientras esperaba una ambulancia que, dicho sea de paso, tardó tanto que parecía venir de otra provincia.
150 muertes por Accidentes de Tránsito en Santiago del Estero durante 2024
Otro caso digno de mención ocurrió en una transitada esquina, donde una mujer relató cómo una motociclista, que no activó la luz de giro y viajaba con tres pasajeros en una moto de 110 cc, terminó chocándola. “¡La negra esa no puso guiño y venía con tres en la 110!”, sentenció. La descripción de la escena suena más a un desafío de circo que a un acto cotidiano.
 
Pero detrás del humor y las frases mordaces hay una realidad inquietante: Santiago del Estero enfrenta una crisis vial. Según los reportes, solo en diciembre, dos jóvenes fueron atropellados y abandonados en la Ruta Nacional 9, mientras que un choque en la Ruta 92 acabó con la vida de otros dos muchachos de 17 y 21 años. Como si no fuera suficiente, un niño de dos años perdió la vida en Monte Quemado, en un accidente entre una moto y una camioneta.
 
¿Qué está fallando? La ausencia de controles efectivos y la permisividad ante infracciones graves parecen ser los principales culpables. Mientras algunos motociclistas consideran opcional usar casco o respetar semáforos, las autoridades de tránsito parecen ver las multas como una recomendación en lugar de una herramienta correctiva.
Y si bien es cierto que los motociclistas llevan gran parte de la culpa, tampoco se puede ignorar la actitud de los automovilistas. Entre remiseros que se toman los semáforos como sugerencias y conductores que ignoran el giro reglamentario, queda claro que todos aportan su granito de arena a este caos vial.
 
Es urgente que Santiago del Estero tome cartas en el asunto: más controles, multas severas y educación vial desde las escuelas. De lo contrario, las frases de indignación seguirán acompañando los accidentes, pero no evitarán que las cifras sigan creciendo. Después de todo, como dicen en las calles, “manejar acá es como jugar al Mario Kart, pero sin vidas extras”.